Volvamos al punto de inicio, el debate sobre la inteligencia artificial. En 1947 Alan Turing, uno de los padres de la ciencia de la computación, pronunció una conferencia ante un auditorio del National Physical Laboratory de Londres en la se planteaba la controvertida pregunta ¿Puede pensar una máquina?, y donde expuso su famoso Test de Turing para determinar si una máquina tiene la capacidad de pensar. Han pasado 70 años y la pregunta de Turing sigue centrando el debate alrededor de esta ciencia. Estamos lejos de tener una respuesta positiva, tendrán que realizarse muchos nuevos avances para diseñar máquinas inteligentes que excedan la capacidad humana. Pero es inevitable para algunos pensar e inquietarse por la pregunta que planteó Alan Turing y los desarrollos futuros de la inteligencia artificial. Nuestra sociedad deberá analizar sus limitaciones, usos e implicaciones, para que la evolución de los sistemas inteligentes y su desarrollo sean en beneficio de nuestra sociedad.
Está emergiendo la Cuarta Revolución Industrial que sitúa en el centro del tablero a la inteligencia artificial. La automatización de muchos trabajos, debido a la robótica y los sistemas inteligentes, está provocando el inicio de un interesante debate sobre cómo se definirá nuestro futuro y cómo afectará la implantación de estas tecnologías inteligentes al empleo, la economía y la sociedad.
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