Avancemos en la importancia de la acción local. La Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio consciente de que la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la potenciación de los sumideros naturales de CO2 es un reto de la política ambiental adoptó, en 2002, la Estrategia Andaluza ante el Cambio Climático.
Andalucía se convertía así en la primera comunidad autónoma de toda España en poner en marcha un plan para actuar contra los efectos del calentamiento del planeta. La iniciativa se hizo visible el 5 de junio de 2007, Día Mundial del Medioambiente, con la aprobación del Plan Andaluz de Acción por el Clima 2007-2012, con un Programa de Mitigación, un Programa de Adaptación y un Programa de Comunicación, siendo, con ello, la región de Europa con el proyecto más avanzado y social de lucha contra el Cambio Climáticos y sus efectos.
En estos años un elevado número de programas municipales de Cambio Climático, evaluando emisiones y planteando alternativas de mitigación, es decir, la incidencia en la atenuación del mismo de la disminución de emisiones y el incremento de captación de CO2 a través de sumideros naturales (vegetación). Especialmente relevante es la disminución de las emisiones difusas, debidas fundamentalmente al tráfico. Pongamos como ejemplo los esfuerzos realizados a nivel autonómico y municipal fomentando el uso de la bicicleta en el marco de Planes de Movilidad Sostenible ante el Cambio Climático. Con las medidas adoptadas, Andalucía ha rebajado las emisiones de 8,25 tCO2equiv/habitante en 2005 a 6,11 tCO2equiv/habitante en 2012. en comparación con el dato de 7,22 tCO2equiv/habitante para España y de 9,01 tCO2equiv/habitante para la Unión Europea (UE-15). Este resultado pone de manifiesto la importancia de los planteamientos locales ante el Cambio Climático, al margen de éxito cuestionable de los planteamientos globales. Nunca antes fue más importante el aforismo «piensa globalmente, actúa localmente».
Evidentemente, hay quien piensa que la reducción de gases de efecto invernadero tiene que ver con la crisis, es cierto, pero solo en parte en Andalucía. Un análisis riguroso de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio muestra que las medidas de mitigación realizadas son responsables en un 74% de la reducción observada. El Consejo Europeo plantea para el conjunto de la Unión una reducción del 20% para 2020, y del 40% para 2030. En Andalucía la contribución de gases de efecto invernadero de sectores difusos (fundamentalmente movilidad) es del 58%. Nuestro valor objetivo para 2020 es de 4,28 toneladas equivalentes de emisiones difusas de CO2 por habitante.
En el conjunto de la UE la contribución de los sectores difusos es del 34%. El 90% de la movilidad en Andalucía se corresponde con desplazamientos en coches por carretera; en Europa, el 83%. El 75% de los desplazamientos urbanos se hace en vehículos privados con un solo ocupante. Más del 50% de los desplazamientos en la ciudad son para recorridos inferiores a los 3km, posibles a pie o en bicicleta.
Ante el problema de la eliminación de dióxido de carbono de la atmósfera y la compensación de las emisiones difusas (movilidad) por parte de las ciudades, se impone el desarrollo de una estrategia de potenciación y desarrollo de sumideros locales urbanos, es decir, incrementar la capacidad de captación de CO2 de la vegetación de los parques y jardines de las ciudades, así como la de sus calles y avenidas; además es incuestionable un Plan Estratégico de Movilidad Sostenible Urbana y Metropolitana.
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