16 de febrero de 2015
Licencias narrativas de la película ‘The imitation game’
Aunque ‘The Imitation Game’ es bastante fiel en el retrato que hace de la vida de Alan Turing, hay algunas licencias de carácter dramático que se permite con el objetivo de hacer más interesante la trama. A modo de curiosidad, Álvaro Martínez Sevilla detalla algunas de ellas:
- El espía soviético que trabaja en Bletchley Park, John Cairncross, existió, pero nunca trabajó con Turing. Además, él nunca fue acosado por el mando militar por sospechas de espionaje para los soviéticos, o por ocultar que conocía que Cairncross lo era, como aparece en la película.
- La matemática Joan Clarke fue reclutada por Gordon Welchman, que fue profesor suyo, y no a través de la prueba de los crucigramas. Aunque estuvo prometida con Turing escasos meses como vía para permitir su trabajo en Bletchley Park, parece que entre ellos sólo hubo una relación de amistad, pero no la idealizada relación que muestra la película. Tampoco fue a visitarlo tras la guerra, como aparece en el film.
- La máquina Christopher, se llamaba en realidad Bombe, y no fue sólo una sino muchas Bombes. No las construyó él solo, sino en colaboración con matemáticos de su equipo. No eran ordenadores, sino máquinas electromecánicas, al igual que Enigma.
- Los matemáticos de Bletchley Park nunca se enfrentaron a los dilemas morales que aparecen en la película, ya que esa era una tarea del mando militar.
- Se omite la figura del matemático Gordon Welchman, que aunque fue crucial en el trabajo de Bletchley Park no aparece en la película.
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