11 de enero de 2013

Las niñas andaluzas no detectan situaciones de maltrato a las mujeres en dibujos animados

Fotografía ilustrativa de la noticia

Fuente: Universidad de Sevilla

Bob Esponja ha sido una de las 10 series analizadas / Imagen: Wikipedia

Bob Esponja ha sido una de las 10 series analizadas / Imagen: Wikipedia

Un estudio realizado desde la Universidad de Sevilla, tras analizar varias series de dibujos animados, ha determinado que las niñas andaluzas no detectan determinadas situaciones de maltrato psicológico y simbólico en el género femenino que aparecen en series de dibujos animados.

El informe, realizado por la doctora en comunicación de la Universidad de Sevilla, Inmaculada Sánchez-Labella y titulado Construcción de la imagen femenina en las series de animación, ha realizado el seguimiento de un total de 10 series en el periodo 2010-2012. Así, los dibujos analizados han sido American Dad, Bob Esponja, Doraemon, Inazuma Eleven, Padre de Familia, Los Padrinos Mágicos, Phineas y Ferb, Shin-chan, Los Simpson y Las Supernenas Z.

“No todas las series analizadas son machistas, sólo series como American Dad, Padre de Familia, Shin-chan y Los Simpson muestran disparidades destacadas entre géneros, siendo éstas las más reconocidas por la muestra analizada, y son en ellas en las que las niñas no detectan que los personajes femeninos están siendo víctimas de un maltrato. Aunque alguna de éstas no vayan destinadas a un target infantil, el principal problema es que son emitidas en horario protegido”, destaca la investigadora.

Con la intención de conocer la opinión de los niños y niñas sobre este aspecto, se tomó como muestra un total de 1.275 niños y niñas en edades comprendidas entre los 10 y 12 años de Sevilla, Córdoba, Málaga y Jaén, pertenecientes a colegios tanto públicos como privados así como de centros urbanos y rurales, a los que se les realizó una encuesta con 31 preguntas.

Tras el estudio realizado se puede constatar que hay un sesgo de género en los personajes femeninos animados. Además, las niñas no consideran que los personajes estén siendo víctimas de algún tipo de violencia. A pesar de existir un destacado porcentaje de las series analizadas en que la mujer no sufre violencia alguna ni es esclava de cualquier tipo de sometimiento, las que siguen acentuando las diferencias de género son aquellas más reconocidas por los pequeños, series en las que la mujer sigue “presa” de un comportamiento estereotipado y en el que sigue asumiendo principalmente el rol de madre.

Algunos datos del estudio

Ante la pregunta: ¿Consideras el insulto y el desprecio como un tipo de maltrato? El 81,54% de los niños afirma que el insulto y el desprecio presente en las escenas analizadas es violencia frente a un 74,28% de las niñas que no lo reconocen como tal.

Ante el consumo y el alto reconocimiento otorgado a las series como American Dad, Padre de familia, Los Simpson y Shin-chan, ¿detectan algún tipo de violencia hacia los personajes femeninos? Quienes afirman que sí aprecian algún tipo de violencia hacia las mujeres representadas se halla un 27,94% de niñas frente a un 40,70% de los varones. En cambio, entre quienes no detectan tales actitudes se ha de señalar el 21,98% de las niñas y el 20,93% de los niños.

El 23,69% de los encuestados reconoce algún tipo de violencia del hombre hacia la mujer en la animación consumida. El 58,35% afirma no detectar tales manifestaciones, el 15,69% manifiesta que esto se produce “a veces”. El 2,04% restante no sabe o no contesta.

Otro dato revelador a destacar es que frente a la cuestión de si un hombre debe de comportarse de manera violenta con su mujer porque ésta le desobedezca, un 14,53% de los niños y un 5,62% de las niñas afirman que deben de comportarse de manera violenta solo “a veces”.

Ante estas cifras, Inmaculada Sánchez-Labella cree que los niños preadolescentes andaluces “parecen tener asumido que las mujeres han de estar sometidas a este tipo de situaciones de manera que lo consumen entendiéndolos como comportamientos normales; y es ahí donde radica el problema. Si al hecho de ser testigos de ello en sus realidades cotidianas se le añade el consumirlo en aquellos productos cuyo fin son el entretenimiento se afianzan dichas posturas sin la posibilidad de presentárseles y, por ende, ver y conocer otros modos de ser, de comportarse y de construirse como mujeres”.


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