Analizan en la Antártida el comportamiento de la actividad volcánica en tiempo real
Los investigadores de la Universidad de Cádiz Amós de Gil y Belén Rosado, del Laboratorio de Astronomía, Geodesia y Cartografía del departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias, participan en la XXVIII expedición de la Campaña Antártica Española, una iniciativa impulsada por el Ministerio de Economía y Competitividad. En esta ocasión, los científicos de la UCA han centrado su trabajo en el mantenimiento del equipamiento científico instalado en la zona por expediciones anteriores, además de continuar con las labores de medición de las alteraciones en la superficie que genera la actividad volcánica partiendo de modelos matemáticos.
De hecho, en esta campaña 2014-2015 se ha continuado con la vigilancia del volcán Decepción, «en nuestro caso, utilizando el análisis de parámetros deformación superficial», como explica Manuel Berrocoso, profesor responsable del Laboratorio de Astronomía, Geodesia y Cartografía de la UCA. Para ello, se ha establecido una red geodinámica capacitada para hacer observaciones de satélites GNSS-GPS que proporciona distancias relativas entre los vértices de esta red con precisión milimétrica. Es más, «el análisis de las variaciones producidas proporcionan información en tiempo real sobre el comportamiento de la actividad volcánica».
Las observaciones obtenidas en cada uno de los vértices de la red se transmiten vía WIFI a un centro de control ubicado en la base española Gabriel de Castilla en la Antártida, lugar donde permanecerán durante estos meses que dura la expedición. De igual forma, «en este centro de control se recibe información de las anomalías térmicas registradas en la estación de Cerro Caliente, donde se registran temperaturas superiores a 100ºC», como señala el profesor Berrocoso.
Además de ello, «uno de los parámetros más novedosos que estamos empezando a introducir en el sistema multiparamétrico, diseñado y desarrollado por la Universidad de Cádiz, es el nivel medio del mar y sus variaciones, así como los registros de la temperatura del agua del mar sobre todo durante el periodo invernal antártico».
Estos desarrollos tecnológicos y científicos se han aplicado con éxito en otras circunstancias volcánicas más críticas como en el proceso eruptivo de El Hierro (2011-2014). Al inicio de esta campaña, con respecto a «las series temporales de deformación se pronosticó una mayor actividad volcánica en la isla, como así ha ocurrido pero sin alcanzar en ningún caso situaciones de máxima peligrosidad y riesgo», sostienen desde la UCA.
En esta Campaña Antártica Española, que está a punto de finalizar, pasarán 70 científicos involucrados en 15 proyectos de investigación muy diversos. Estos expertos pertenecen a 12 países y trabajarán allí los 100 días que está previsto que permanezcan abiertas la Base Juan Carlos I (gestionada en la isla Livingstone por el Consejo Superior Investigaciones Científicas) y la Gabriel de Castilla (gestionada en la isla Decepción por el Ministerio de Defensa). A esta cifra, hay que añadir otras 80 personas más, entre personal del Ministerio de Defensa, de la Armada (que son los que manejan el buque de investigación oceanográfica Hespérides que partió para la Antártida en octubre de 2014) y otros técnicos.
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