El futuro pasa por utilizar el material sintético que imita la dureza y composición mineral del hueso, para combinar esta matriz con factores de crecimiento, y añadirle células madre. “De esta forma el injerto iría lo más equipado posible para que el cuerpo lo acepte, lo integre y lo vaya convirtiendo poco a poco en hueso propio”, explica Leonor Santos.
“Ya se implantan cerámicas parecidas a los corales, así como biovidrios y en estos momentos, mi grupo ha sacado un biovidrio nuevo con un recubrimiento más parecido a la matriz biológica del hueso”, avanza la experta. El siguiente paso, asegura, será no sólo incluir un material sintético, sino células: “El objetivo es que sea prácticamente un tejido o un tejido semisintético”.
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