El 70% de las mariposas mediterráneas están en declive
Investigadores del CREAF y del Museo de Ciencias de Granollers han estudiado durante dos décadas las poblaciones de mariposas de Cataluña, Andorra y Menorca y manifiestan que tres cuartas partes de estas están perdiendo individuos. Las causas principales son el calentamiento global – y la consecuente sequía en la región mediterránea – y los cambios que sufren los hábitats de las mariposas, sobre todo debido a la urbanización, el abandono de espacios abiertos y el desarrollo de una agricultura intensiva. De entre todas las especies los autores destacan las bajadas de las poblaciones de doncella del gordolobo (Melitaea trivia), colias de Berger (Colias alfacariensis) y melanargia occitánica (Melanargia occitanica).
En este escenario las especies más afectadas son las especialistas, que viven en hábitats muy concretos, y las que se reproducen varias veces a lo largo del año. Sin embargo, la autora principal del estudio que investiga al CREAF, Yolanda Melero, alerta de que «las especies generalistas están sufriendo también un descenso en sus poblaciones y, por lo tanto, estamos ante una pérdida global de biodiversidad».
Reproducirse varias veces al año no siempre es favorable
Tradicionalmente, en la biología de la conservación, se ha considerado que los insectos que producen varias generaciones al año son más capaces de adaptarse a los cambios ambientales. Según los expertos, esta estrategia ayuda a hacer crecer la población y eso hace disminuir el riesgo de extinción. En el estudio presente se demuestra que esto no siempre se cumple: «las mariposas que se reproducen varias veces al año parecen más susceptibles ante el cambio climático, ya que los efectos negativos del clima se acumulan a lo largo de varias generaciones» explica el investigador del CREAF y el Museo de Granollers, Constantí Stefanescu. Además, recuerda que «en la región mediterránea el cambio climático acentúa la sequía estival, y esto es un inconveniente para las especies que deben reproducirse varias veces justo a lo largo del verano».
Las poblaciones que fluctúan fuertemente tienen mayor riesgo de extinción
Si bien la disminución en la abundancia de mariposas es un dato muy informativo de que algo no funciona bien, también hay que tener en cuenta otros factores para valorar el futuro de las poblaciones de mariposas en nuestra región. Los investigadores del CREAF han observado que las poblaciones más inestables – aquellas donde el número de individuos varía fuertemente – son más vulnerables a los factores ambientales. Que sean propensas a fluctuar significa también que en determinados momentos la población tendrá pocos individuos y es aquí cuando las presiones ambientales pueden hacer desaparecer la mariposa. Las poblaciones más inestables son, otra vez, las de especies con varias generaciones anuales y las que se especializan en explotar hábitats más concretos.
Más de 20 años de participación ciudadana
Este estudio ha sido posible gracias a la colaboración de más de un centenar de voluntarios dentro del proyecto CBMS (Catalán Butterfly Monitoring Scheme), que coordina el Museo de Granollers con el apoyo del Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña.
Los estudios de tendencias demográficas son poco frecuentes por la gran cantidad de datos que requieren, pero se están haciendo posibles gracias a la fuerza ciudadana. Como este caso, que cuenta con voluntarios que participan en el monitoreo de los lepidópteros desde hace 23 años y que pasan previamente por una fase de aprendizaje para poder identificar las diferentes especies con que se encontrarán.
Los censos consisten en un recuento visual de mariposas adultas cada semana entre marzo y septiembre, que es la época de vuelo de la mayor parte de especies. La participación en el proyecto supone una gran dedicación, que es un claro signo de la concienciación que se está tomando sobre el medio que nos rodea.
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