13 de octubre de 2015

“Con el Nobel de Química Lindahl sabías que estabas ante uno de los grandes”

Fotografía ilustrativa de la noticia

Fuente: SINC

Teresa Roldán, investigadora de la Universidad de Córdoba. / UCO

Teresa Roldán, investigadora de la Universidad de Córdoba. / UCO

Saber cómo las células reparan su ADN facilita a los investigadores avanzar en la prevención de diversas enfermedades graves como el cáncer. Así nos lo cuenta Teresa Roldán Arjona (Priego de Córdoba, 1962), científica de la Universidad de Córdoba, que durante su estancia en Reino Unido trabajó en el laboratorio de Tomas Lindahl, uno de los recientes ganadores del Premio Nobel de Química por su contribución a este campo. 

¿Cómo es la experiencia de haber trabajado con uno de los ganadores del Premio Nobel de Química?

Trabajar, y sobre todo aprender, junto a Tomas Lindahl fue una experiencia tremendamente enriquecedora tanto en lo personal como en lo profesional. Tomas es una persona brillante, sagaz, imaginativa, inteligente, capaz de identificar problemas biológicos complejos y encontrar la solución correcta. En el tiempo que estuve en su laboratorio era el director de los Laboratorios Clare Hall del ICRF (hoy Cancer UK), y por tanto una persona muy ocupada. Tener una reunión con él no era tarea fácil, pero cuando lo conseguías era fantástico porque salías con ideas nuevas, hipótesis que contrastar, resultados que analizar desde nuevos puntos de vista, nuevos retos que conseguir y con un sentimiento profundo de admiración.

¿Cómo era su relación? ¿Tiene alguna anécdota que compartiera con él?

Tomas es una persona que impresiona bastante, muy serio, reservado y de pocas palabras, pero que mantiene una relación muy cordial con todas las personas del grupo. Es muy respetado y admirado por el personal del laboratorio y un referente para los colegas del área de reparación de ADN. Ha sido un lujo poder disfrutar de su cercanía y un auténtico placer hablar con él de ciencia. En cada conversación aprendías algo nuevo y sorprendente. Tenías la sensación de estar ante uno de los grandes y el tiempo ha confirmado lo que entonces era solo una intuición.

 Su línea de investigación actual se centra igualmente en la reparación del ADN…

Efectivamente, todo lo que aprendí en su laboratorio fue fundamental para, a mi regreso a España, poder establecer una línea de investigación propia en la Universidad de Córdoba dedicada al estudio de los mecanismos que utilizan las células para reparar su ADN cuando este sufre daños. Por otra parte, nuestro trabajo, junto con el de otros grupos, ha demostrado que los mecanismos de reparación de ADN también son importantes en el contexto de la regulación epigenética. Ello da idea de lo fértil que está siendo este campo de trabajo.

¿Por qué surgen estos ‘errores’ en el ADN?

El ADN es el portador de la información genética, y para que la célula funcione adecuadamente es muy importante que dicha información se transmita de forma fiel de una generación a la siguiente. Sin embargo, nuestro ADN sufre continuamente daños debido a factores ambientales (radiaciones, agentes tóxicos, etc.) y a la propia inestabilidad de la molécula. Para evitar que esos daños se acumulen es necesario disponer de mecanismos eficientes que los eliminen y que garanticen la preservación de la información contenida en el ADN. Sin esa reparación, los daños pueden ser copiados de forma errónea durante la replicación y generar mutaciones, cuyos efectos pueden ser bastante perjudiciales. Prueba de ello es que cuando alguno de los genes que hacen funciones reparadoras deja de ser funcional aparecen enfermedades muy graves. De ahí la importancia de desvelar cuáles son los mecanismos enzimáticos implicados en la reparación del ADN.

¿Hacia dónde se dirige la investigación en este campo?

Este premio Nobel es especialmente ilustrativo de la importancia de la investigación básica. Cuando Tomas Lindahl descubrió la primera enzima implicada en reparación del ADN lo hizo trabajando con bacterias, un organismo evolutivamente alejado de la especie humana. Sin embargo, gracias a estos descubrimientos ahora estamos en mejores condiciones de comprender por qué aparecen estados patológicos que llevan al desarrollo de enfermedades graves, como el cáncer. Además, estos estudios están permitiendo abordar estrategias para el tratamiento cada vez más personalizado de importantes dolencias en los seres humanos.

¿Cree que la reparación del ADN pueda ser la clave para acabar con el cáncer?

En este caso se trata de una enfermedad compleja que surge por la acción combinada de varios factores, uno de ellos el fallo en los mecanismos que reparan el ADN y que implican una pérdida en la fidelidad de la información genética. Por otra parte, hay que tener muy en cuenta que las células cancerosas también dependen de los mecanismos de reparación para resistir a los tratamientos antitumorales. Así pues, conocer cómo las células normales y cancerosas reparan su ADN nos permite avanzar enormemente en la prevención del cáncer, su detección precoz y el desarrollo de tratamientos efectivos para combatirlo.


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