Así era un cazador-recolector europeo de hace 7.000 años
La Braña 1, nombre con el que se ha bautizado a un individuo del Mesolítico de 7.000 años de antigüedad, cuyos restos fueron recuperados en el yacimiento La Braña-Arintero, Valdelugueros (León), tenía los ojos azules y la piel oscura. Estos detalles son el resultado de un estudio dirigido por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Carles Lalueza-Fox, en colaboración con el Centre for Geo Genetics de Dinamarca. La Braña 1 representa el primer genoma de un cazador-recolector europeo recuperado. La investigación se publica en la revista Nature.
El mesolítico, un periodo que duró desde hace 10.000 hasta hace 5.000 años (entre el paleolítico y el neolítico), termina con la llegada de la agricultura y la ganadería, procedente del Próximo Oriente. La llegada del neolítico, con una dieta basada en carbohidratos y nuevos patógenos transmitidos por los animales domesticados, supuso desafíos metabólicos e inmunológicos que se reflejaron en adaptaciones genéticas de las poblaciones posteriores al mesolítico. Entre estas se encuentra la capacidad de digerir la lactosa que el individuo de La Braña no poseía.
“Sin embargo, la mayor sorpresa fue descubrir que este individuo poseía las versiones africanas en los genes que conforman la pigmentación clara de los europeos actuales, lo que indica que tenía la piel oscura, aunque no podemos saber el tono exacto”, destaca Lalueza-Fox.
“Todavía más sorprendente fue descubrir que poseía las variantes genéticas que producen los ojos azules en los europeos actuales, lo que resulta en un fenotipo único en un genoma que por otra parte es inequívocamente norte europeo” detalla el investigador del CSIC, que desarrolla su trabajo en el Instituto de Biología Evolutiva (centro mixto del CSIC y la Universidad PompeuFabra), ubicado en Barcelona.
El estudio del genoma sugiere que las poblaciones actuales más cercanas a La Braña 1 son las del norte de Europa, como Suecia y Finlandia. Además, el trabajo señala que La Braña 1 tiene un ancestro común con los pobladores del yacimiento del Paleolítico superior Mal’ta, ubicado en el lago Baikal (Siberia), cuyo genoma fue recuperado hace unos meses. “Estos datos indican que existe continuidad genética en las poblaciones del centro y del oeste de Euroasia. De hecho, estos datos coinciden con los restos arqueológicos, ya que en distintas excavaciones de Europa y Rusia, incluido el yacimiento de Mal’ta, se han recuperado figuras antropomórficas –las llamadas Venus paleolíticas- muy similares entre sí”, concluye Lalueza-Fox.
ADN con una conservación “excepcional”
El yacimiento de La Braña-Arintero fue descubierto de forma casual en 2006 y excavado por el arqueólogo de la Junta de Castilla y León Julio Manuel Vidal Encinas. La cueva, localizada en una zona fría y montañosa, con una temperatura estable, y a 1.500 metros por debajo del nivel del mar, propició la “excepcional” conservación del ADN de dos individuos descubiertos en su interior, y que fueron denominados La Braña 1 y La Braña 2.
Según señala Iñigo Olalde, primer firmante del estudio, “la intención del equipo es intentar recuperar el genoma del individuo de La Braña 2, que está peor conservado, para seguir obteniendo información sobre las características genéticas de estos primeros europeos”.
Iñigo Olalde, Morten E. Allentoft, Federico Sánchez-Quinto, Gabriel Santpere, Charleston W. K. Chiang, Michael DeGiorgio, Javier Prado-Martinez, Juan Antonio Rodríguez, SimonRasmussen, Javier Quilez, Oscar Ramírez,Urko M. Marigorta, Marcos Fernández-Callejo, María Encina Prada, Julio Manuel Vidal Encinas, RasmusNielsen,Mihai G. Netea, John Novembre, Richard A. Sturm, PardisSabeti, Tomás Marqués-Bonet, Arcadi Navarro, EskeWillerslev& Carles Lalueza-Fox.Derived immune and ancestral pigmentation alleles in a 7,000-year-old Mesolithic European.Nature.DOI: 10.1038/nature12960.
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