Agricultura de precisión para modernizar los procesos en el campo
Este proyecto, denominado CAPE (Cooperación para la Implantación de Técnicas de Agricultura de Precisión) y que se ha desarrollado durante un año, han contado con la colaboración de los grupos de desarrollo rural Campiña-Alcores, Aljarafe-Doñana, Bajo Guadalquivir, Gran Vega y Serranía Suroeste.
La agricultura de precisión consiste en la incorporación de sensores e instrumentación a la maquinaria agrícola para poner en el campo lo que realmente necesita. O sea, regar, abonar, o poner herbicida de forma variable según las necesidades del terreno y no de forma uniforme, como se realiza habitualmente.
Esta iniciativa es el resultado de 10 años de investigación, que finalmente ha podido ser transferido al sector agrícola gracias al acuerdo con los grupos de desarrollo rural (GDR) de la provincia de Sevilla. El proyecto ha sido un éxito gracias a los conocimientos aportados por la Universidad, las herramientas de los cinco GDR participantes y los agricultores con sus explotaciones.
Entre las técnicas utilizadas por este grupo de investigadores se encuentran, entre otras, pasar un dron para conocer el estado vegetativo de los cultivos para que un agricultor pueda hacer un abono variable o conocer la temperatura del cultivo para programar el riego de forma variable; instalar monitores en las cosechadoras para conocer exactamente cuanta producción se recoge; o utilizar en los tractores sistemas de guiado automático para evitar solapar las pasadas y que se dejen huecos.
El profesor Manuel Pérez-Ruiz, responsable de este proyecto, cree que a pesar de haberlo realizado durante sólo un año, los resultados han sido muy productivos: “Lo importante no son sólo los resultados obtenidos sino que gran parte de los agricultores conoce la existencia de este tipo de técnicas y en muchos casos se quedan sorprendidos porque no las conocían; descubren que es una forma de hacer más competitivo su cultivo en este mundo global”.
Los beneficios obtenidos por la utilización de la agricultura de precisión son variables, ya que depende los cultivos y del tipo de suelo. Hay cultivos que tiene mayor margen y te permite una mayor inversión; sin embargo otros cultivos como el olivo de secano o el trigo tienen muy poco margen de beneficio, “pero es indudable que se producen un ahorro importante en cualquier caso”, destaca el profesor Manuel Pérez-Ruiz.
Estas técnicas de agricultura de precisión implican sostenibilidad, porque se pone lo que necesita el campo y consecuentemente provoca un ahorro; y competitividad, porque la tendencia es a reducir las ayudas que provienen de Europa y por ello hay que hacer los cultivos más competitivos para reducir los costes de producción y competir con otros países.
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