Finalmente, una vez que el terremoto ha tenido lugar, es necesario:
– Comprobar si alguien se encuentra herido y prestarle los primeros auxilios. Si hay heridos graves buscar ayuda médica.
– No utilizar el teléfono si no es para pedir ayuda médica o informar de un emergencia grave (un incendio, por ejemplo). De este modo no bloqueará las líneas telefónicas. Lo preferible siempre es enviar mensajes de texto.
– Si oímos, vemos u olemos algún ‘escape’, cerrar las llaves de agua y gas y cortar la luz.
– Si hay algún conato de incendio, apagarlo inmediatamente.
– Tras sacudidas violentas, salir ordenadamente a fin de evitar lesiones.
– Ir hacia un área abierta (plazas, parques, descampados o calles anchas).
– Recordar siempre que tras los terremotos violentos pueden producir réplicas.
– Si el epicentro de un gran terremoto es marino, aléjese de las playas y de las desembocaduras de los ríos, por si se hubiese generado un maremoto. Busque refugio en zonas elevadas.
– Colabore con Protección Civil: haga caso a la valoración que Protección Civil, asesorada por sismólogos y técnicos, haga de los hechos. No se deje llevar por lo que la gente diga acerca del por qué se están produciendo los terremotos, ni sobre los bulos que corran sobre graves destrozos, inminencia o repetición de sismos mayores, predicciones infundadas o alarmas, entre otros.
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