Cuando se sustituye un combustible fósil, como el carbón o el petróleo, por biomasa, la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que se emite a la atmósfera se reduce. La diferencia entre ambas emisiones se mide con la huella ecológica.
En el sector energético, para las industrias o empresas que cambien sus tradicionales instalaciones por energías renovables, el cálculo de CO2 se puede obtener en la página web de los ‘Proyectos Clima del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente’, una iniciativa para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. “Hay unas tablas que muestran las emisiones derivadas del uso de combustibles fósiles y su equivalente en biomasa”, comenta José Antonio La Cal.
Aun así, el investigador señala que calcular la huella ecológica es un proceso complejo en el que se deben contemplar muchas variables, desde el consumo de energía o los kilos de basura generados en el hogar, al gasto en agua y los kilómetros recorridos en un año.
En Internet existen algunas páginas para calcular la huella ecológica. Una de ellas es ‘Tu huella ecológica’, un proyecto de la Diputación Foral de Bizkaia que ofrece un exhaustivo test para medir las emisiones de dióxido de carbono.
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