Existen numerosas evidencias científicas acerca de la existencia del Cambio Climático Antropogénico: glaciares que retroceden; pérdidas acusadas de nieve en las montañas alpinas; la última década ha sido la más calurosa en los últimos 1300 años; manifestación de sucesos meteorológicos extremos; disminución de formaciones de corales; modificaciones de los patrones de plagas y enfermedades; disminución de las descargas de los ríos; extinción de endemismos; incremento de hambrunas; aumento desmesurado de las migraciones ambientales; aumento de la falta de agua a un sector importante de la población mundial; disminución de precipitaciones en la cuenca mediterránea y alargamiento del periodo estival; mayor persistencia e intensidad de los fenómenos asociados a El Niño; desplazamientos en latitud y altura de especies animales y vegetales; incremento de incendios forestales; desertización y desertización en el África Subsahariana; disminución del tamaño de lagos y manantiales que se secan; sequías pertinaces; incremento del promedio mundial del nivel del mar; deshielo del Polo Norte; deshielo prolongado del permafrots o suelo helado de las altas latitudes; incremento de la temperatura de los océanos; incremento de la temperatura global del planeta.
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