En otoño de 2014, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha presentado su Anteproyecto de Ley Andaluza de Cambio Climático, un sustancial, que recoge toda una reglamentación anterior sobre el tema, iniciada en 2002. Con ello, Andalucía sería la primera Comunidad Autónoma de España con una ley específica de lucha contra el Cambio Climático.

La Ley genera el Sistema Andaluz de Compensación de Emisiones (SACE) como un instrumento específico dirigido a actividades radicadas en Andalucía para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero estableciendo un régimen voluntario y otro obligatorio. Dentro del régimen obligatorio, está la modalidad de seguimiento y notificación, donde los titulares deben presentar un informe anual de emisiones. En la modalidad de compensación del régimen obligatorio del SACE, reservado a las actividades con mayor nivel de emisión, los titulares, además presentar informe anual de emisiones, deben compensar las emisiones que corresponden a las desviaciones sobre el nivel de excelencia de su categoría. La compensación se ha de realizar con Unidades de Absorción debidamente certificadas.

En este sentido Andalucía debe mostrar su singularidad valorando todos los sistemas verdes que secuestran dióxido de carbono. En el marco de la ley se regula el régimen jurídico de la huella de carbono de productos y servicios, y su valoración en los procedimientos de contratación pública. Se crea el Fondo de CO₂ de Andalucía, destinado a promover proyectos para mejora de la capacidad de sumidero.

Este Anteproyecto de Ley representa un paso adelante muy importante para Andalucía. Constituye una acción local (territorial) que debe servir de ejemplo. Pero en la interpretación y aplicación de esta Ley, el gobierno andaluz debe salirse de los habituales caminos de la UE y las reuniones específicas, donde ni Andalucía, ni España salieron favorecidas en relación con la contabilidad de nuestros sumideros naturales de CO₂.

Nuestros responsables políticos tienen que defender el conjunto de nuestros sumideros naturales de CO₂, es decir, sistemas verdes urbanos, masas forestales, espacios naturales y zonas agrícolas. La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio desarrolló un proyecto denominado Bosques x Ciudades, en el marco del Programa Ciudad XXI, que puso de manifiesto la capacidad real de secuestro de carbono de los pueblos ciudades andaluzas a través de su sistema verde.

Finalmente, concluir que, sin ninguna duda, hacen falta medidas globales para frenar el Cambio Climático y hay que hacer una llamada a la responsabilidad de los Gobiernos, muy especialmente los de los países que más contribuyen al probelama, pero las estrategias locales, y la acción individual, son inexcusables, no sólo en el plano ético, sino también porque todos somos necesarios. Destacar, de nuevo, el papel que la Ley Andaluza de Cambio Climático va a representar. Andalucía muestra el camino correcto a seguir por un mundo mejor y más justo, pensando globalmente pero actuando localmente.