Pilar Aranda Ramírez: Una rectora para la historia
Pilar Aranda Ramírez (Zaragoza, 1958) es catedrática del Departamento de Fisiología de la Universidad de Granada. El pasado 27 de mayo se convirtió en la primera mujer rectora de esta universidad en sus cinco siglos de historia. Más de diez mil votos –10.845- y treinta años de experiencia en el ámbito de la gestión, académico e investigador avalan este nuevo proyecto al frente de la institución granadina.
En su libro El Hospital Real la investigadora Concepción Félez Lubelza desvela cómo en el año 1.511 los Reyes Católicos –en concreto por insistencia del Rey D. Fernando-, aprovechando su estancia en Granada, piden al cabildo que les señale el lugar apropiado para construir una nueva obra que se destinaría a la asistencia sanitaria. El resultado es el Hospital Real, un edificio que aúna diferentes estilos arquitectónicos como el gótico o el renacentista y donde hoy se encuentra ubicado el Rectorado de la Universidad de Granada. En este enclave, espectador silencioso de parte de la historia de Andalucía, tiene lugar el encuentro con Pilar Aranda, elegida el pasado 27 de mayo primera mujer rectora desde la fundación de esta institución granadina hace ya cinco siglos -14 de julio de 1.531-.
Nace en Zaragoza el 14 de diciembre de 1958, aunque la ciudad que ha ocupado un papel protagonista en su vida, desde la infancia, siempre ha sido Granada. “Era la primera nieta y mis padres decidieron que naciera allí, donde vivían mis abuelos”, recapitula Aranda. Tras una ligera pausa, recuerda el compromiso social de su madre, ama de casa y voluntaria en organismos como Manos Unidas o Cáritas. “Se volcaba en ayudar a los demás”, afirma. Continúa hablando de su familia, en concreto de sus dos hermanos, Carlos y María del Mar. Ella es profesora de Inglés en un instituto y él ha seguido los pasos de su padre para ser también veterinario. “Me siento muy orgullosa de ellos y de todo su apoyo”, añade. Actualmente, y desde que tenía 14 años, comparte su vida con su marido, de profesión psicólogo y con el que tiene dos hijos. “El primero -30 años- es bombero y el segundo, con 24, médico”.
Vocación científica
“Allí donde se cruzan tus talentos y las necesidades del mundo, está tu vocación”. Esta frase de Aristóteles permite ilustrar, en cierto modo, cómo fueron los comienzos de Pilar Aranda en la investigación, una llama que se encendió muy pronto. “A los 16 años elegí estudiar la carrera de Farmacia en la Universidad de Granada porque ésta me permitía disponer de una visión amplia de otras disciplinas como la Medicina, la Biología o la Química”. De aquella época aún retiene un especial aprecio por dos de sus docentes que contribuyeron a despertar en ella un estrecho vínculo por la ciencia. “Fermín Sánchez de Medina –bioquímico- y María Teresa Plaza, que fue la profesora de Química que tuve en el primer curso mientras estudiaba”.
Años atrás fue Julia Jiménez Espinosa de los Monteros, profesora en su instituto de Lengua castellana y Literatura, quién influyó en otra de sus pasiones, las letras. “Los docentes en primaria y secundaria son muy importantes porque están con los jóvenes en una etapa primordial de sus vidas donde asientan muchos de sus conocimientos”, enfatiza. De hecho, gracias a Julia autores como Javier Marías, Gabriel García Márquez, Carmen Martín Gaite o Miguel de Cervantes ocupan hoy un lugar privilegiado en su biblioteca personal. Entre sus otras aficiones están la música, el deporte –andar o nadar- y disfrutar de su familia y amigos. Le encanta “guisar” y cuando el trabajo se lo permite elige varios lugares que le transmiten el sosiego necesario para desconectar. “Suelo ir a Roquetas de Mar –Almería- donde tengo familia. También me gustan el Algarve portugués y el Norte de España, zonas que evocan tranquilidad y me permiten relajarme”.
Dedicación universitaria
El currículum profesional de Pilar Aranda es extenso. Es catedrática del Departamento de Fisiología de la Universidad de Granada y ha impartido docencia, entre otras, en la Facultad de Farmacia, en la de Ciencias del Deporte y en el Aula permanente de Formación Abierta. Dispone, igualmente, de experiencia en el extranjero. “Salir te ayuda a abrir la mente”, comenta. De esta forma, es también profesora en otras instituciones hispanoamericanas como la Universidad de Guadalajara– México-, la Universidad de Antioquia –Colombia- y la Universidad de Quito, en Ecuador.
Su recorrido investigador es el reflejo de más de tres décadas dedicadas a la ciencia. Forma parte del Grupo de Investigación Fisiología digestiva y nutrición y del Instituto Universitario de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, ambos de la Universidad de Granada. Igualmente, ha participado como investigadora principal en varios proyectos y contratos de investigación, tiene numerosas publicaciones en editoriales y revistas internacionales y ha presentado sus trabajos en múltiples congresos alrededor mundo. Actualmente, es el ámbito de la gestión universitaria y de las políticas de investigación el área que ocupa la mayor parte de su tiempo y donde también dispone de contrastada experiencia en Andalucía.
Educar en salud
A lo largo de su carrera, Pilar Aranda se ha centrado en diversas áreas de investigación como las interacciones fármacos-nutrientes o la necesidad de sensibilizar a la población hacia hábitos de vida cada vez más saludables. En esta última línea se detiene. Es necesario profundizar en determinados comportamientos, como el sedentarismo, presentes hoy en día en la sociedad. “Más suela y menos cazuela”, advierte. Desde su experiencia, Aranda subraya el valor de las familias para educar en salud, tanto a la hora de elaborar los menús como de fomentar la práctica de ejercicio físico. “Hay que concienciar a las personas de comer variado y saludable, además de practicar todos los días algo de deporte de mayor y menor intensidad. Nuestros jóvenes no pueden estar mucho tiempo frente a la televisión o los teléfonos móviles”, argumenta.
Entre los posibles motivos, Pilar Aranda apunta una cierta falta de conocimiento sobre la importancia y los beneficios que la dieta equilibrada y el ejercicio físico tienen en la salud de las personas: “El mensaje aún no llega del todo a la sociedad. Nos acordamos de la enfermedad cuando la tenemos”. Por tanto, defiende la idoneidad de las campañas de prevención para instalar este tipo de rutinas saludables en todos los ámbitos de la sociedad. “El deporte debe adquirir un valor protagonista de prevención y socialización”, resume.
Retener el talento y divulgar la ciencia
El presente y futuro de Pilar Aranda están ligados a la gestión en la Universidad de Granada, donde hace más de dos meses que ya trabaja en su nuevo cargo de rectora. Entre sus prioridades está captar y evitar la pérdida de conocimiento asociado al capital humano. “Tenemos una plantilla de investigadores excepcionales que se está marchando. Esto hace mucho daño al sistema de investigación”, reflexiona. Al mismo tiempo, defiende el valor histórico de la actividad investigadora en Andalucía. “Siempre hemos tenido como señas de identidad ámbitos como la salud, las Tics, la industria agroalimentaria, el desarrollo de empleo vinculado al turismo o el propio patrimonio y humanidades ligado a las Ciencias Sociales y Jurídicas”.
En esta labor de gestión universitaria cobra especial relevancia la transferencia del conocimiento. “Todo tipo de investigación se puede trasladar a cualquier sector de la sociedad”, señala. De este modo, Pilar Aranda recalca el papel de la divulgación a la hora de informar a las personas sobre los beneficios que proceden de la propia investigación. “Es importante tener especialistas capaces de transmitir la noticia científica, es decir, desmenuzarla y llevarla a un ámbito que sea entendible y sobre todo útil para la población”.
Antes de finalizar la entrevista, desarrollada en una sala contigua al despacho de Pilar Aranda, la rectora destaca la importancia de actividades como ‘La Noche de los investigadores’ o las jornadas de puertas abiertas de la universidad a la hora de transferir el conocimiento a cualquier rincón de la geografía andaluza: “Son canales que permiten acercar la ciencia a sociedad y por supuesto también a los más jóvenes”.
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