28 de mayo de 2015

Transmisión de parásitos de la malaria aviar ¿Tiene el mosquito tigre algo que decir?

Fotografía ilustrativa de la noticia
Fotografía de Josué Martínez junto a su equipo.

Josué Martínez, Ramón Soriguer y Jordi Figueroa, investigadores de la Estación Biológica de Doñana (EBD) y del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Los parásitos de la malaria, como otros patógenos transmitidos por mosquitos, pueden suponer un importante problema sanitario para las poblaciones humanas y animales. Durante las últimas décadas, el estudio de los parásitos que afectan a la fauna silvestre es un foco de interés fundamental en investigación debido a los efectos adversos que éstos  pueden tener sobre la salud de las poblaciones animales, reduciendo la supervivencia y éxito reproductor de los individuos. Por tanto, estudiar los factores que determinan la transmisión de estos patógenos en condiciones naturales supone un paso esencial en el estudio de la ecología de estos organismos.

En este contexto, los parásitos de la malaria aviar son un excelente modelo de estudio, dadas sus similitudes con los parásitos de la malaria que afectan a los humanos, pero que, a diferencia de estos últimos, no son capaces de infectar a nuestra especie. No obstante, los mecanismos de transmisión de estos grupos de parásitos presentan enormes similitudes, necesitando en ambos casos la intervención de un insecto vector, generalmente un mosquito, para transmitirse desde un ave infectada a otro individuo.

Las hembras de mosquito, único sexo que se alimenta de sangre, son uno de los más importantes transmisores de patógenos que afectan a los seres humanos y otros animales. Aunque en un principio pudiera pensarse que los mosquitos presentan un comportamiento generalista en cuanto a los animales de los que se alimentan, esta aseveración dista enormemente de la realidad. Así, dependiendo de las especies de mosquito de que se trate muestran claras preferencias por alimentarse sobre determinados grupos de animales. Unas especies de mosquito prefieren alimentarse de la sangre de humanos, mientras que otras lo hacen sobre otros mamíferos o bien de aves o incluso reptiles. En este sentido, el comportamiento de alimentación, seleccionando ciertos grupos de animales, determinará la importancia relativa de cada especie de mosquito en la transmisión de patógenos. De este modo, para que el parásito de la malaria aviar pueda transmitirse requiere que el mosquito se alimente principalmente de la sangre de aves, los únicos hospedadores de estos parásitos, pero no de humanos u otros mamíferos.

Búsqueda de hembras de mosquito.

Búsqueda de hembras de mosquito / Santiago Ruiz

La enorme facilidad para el transporte de materiales y organismos en el mundo globalizado en el que nos encontramos, no solo está posibilitando que seamos capaces de tener en nuestras manos, en solo unos días, un disco comprado por internet en una tienda a miles de kilómetros o que podamos visitar Nueva York tras unas horas de viaje, sino que también está propiciando el movimiento de especies procedentes de otros lugares para su posterior asentamiento en zonas en las que nunca habían existido. Un ejemplo paradigmático de ello es el caso del mosquito tigre (Aedes albopictus) que está ampliando dramáticamente su área de distribución a nivel mundial desde su zona nativa en Asia. En las últimas décadas, esta especie se ha extendido a varios continentes incluyendo África, América y Europa, situando esta especie como el mosquito más invasor y una de las 100 especies invasoras más importantes conocidas. En este último, desde su introducción en Albania probablemente debido a la importación de neumáticos usados y/o de plantas ornamentales, el mosquito tigre está estableciéndose en la mayoría de los países de la cuenca mediterránea. En España, se encuentra asentada en Cataluña y otras regiones mediterráneas y se identificó por primera vez el pasado 2014 en el País Vasco y Andalucía. En estos lugares de reciente ocupación, donde nunca había existido, la introducción del mosquito tigrepodría suponer un cambio fundamental en la transmisión de los patógenos que circulan en el lugar.

De este modo, investigadores de la Estación Biológica de Doñana, en colaboración con expertos del Istituto Zooprofilattico Sperimentale delle Venezie (IZSVe) y la Fundación Edmund Mach de Italia, estudiamos el papel que podría jugar el mosquito tigre en la transmisión de parásitos de la malaria aviar en una zona con poblaciones estables de este mosquito invasor en el Norte de Italia. Para ello, se capturaron hembras de diferentes especies de mosquito con sangre en el abdomen para identificar, mediante técnicas específicas, el animal de procedencia de esa sangre y la presencia de parásitos sanguíneos de la malaria aviar. Los resultados de este estudio pusieron de manifiesto que las diferentes especies de mosquitos presentaron claras diferencias en cuanto a los animales de los que se alimentaron. Así, por ejemplo, el mosquito común (Culexpipiens), se alimentó frecuentemente de aves, especialmente mirlos aunque también gorriones y gallinas, mientras que el mosquito tigre prefirió alimentarse principalmente de la sangre de humanos. Esta diferencia en la preferencia de los animales de los que se alimentaban los mosquitos hacía presuponer que el mosquito tigre estaría jugando un papel poco importante en la transmisión de los parásitos de la malaria aviar, que circulan exclusivamente en aves, con respecto al mosquito común. Precisamente ese fue el resultado encontrado, donde la presencia de parásitos de la malaria aviar fue seis veces superior en el mosquito común con respecto a la especie invasora, el mosquito tigre.

Modelo de trampa / Santiago Ruiz

Modelo de trampa / Santiago Ruiz

En conjunto, estos resultados, recientemente publicados en la revista Malaria Journal, confirmaron que el mosquito tigre es un ávido consumidor de la sangre de seres humanos, a los que causa enormes molestias con su agresivo comportamiento de alimentación. No obstante, al menos para el caso de los parásitos que circulan en las aves silvestres, como son los de la malaria aviar, esta especie de mosquito invasor no representa un importante problema en los lugares en los que se está estableciendo. No obstante, debido a su preferencia para alimentarse de seres humanos, es importante realizar estudios sobre la implicación de éste en la transmisión de otros patógenos que pudieran afectar a las poblaciones de los lugares invadidos.

Este trabajo fue posible gracias a la ayuda de la Unión Europea a través del proyecto ‘EurowestNile’ y los fondos del proyecto ‘Efecto de la biodiversidad sobre la circulación de dos patógenos transmitidos por mosquitos: el virus west nile y el parásito de la malaria aviar’ procedentes de la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía.


Josué Martínez de la Puente
Investigador de la Estación Biológica de Doñana


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