Vigilantes del aire
Vigilantes del aire es un proyecto de ciencia ciudadana de la Fundación Ibercivis, el Instituto de Pirenaico de Ecología del CSIC y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, en el que participa la Fundación Descubre entre otros colaboradores, para conocer el estado de la calidad del aire en distintas localidades de España.
El objetivo del proyecto es elaborar un mapa de la calidad del aire en España, para ello, vamos a emplear plantas de fresas como nuestras mini estaciones mediambientales, con las que controlar la concentración de metales pesados. Por lo que este proyecto precisa de los ciudadanos para mantener las estaciones de medida en buen estado y que el proyecto pueda desarrollarse.
Las plantas son, a través de sus hojas directamente en contacto con el aire, estaciones de monitorización de la contaminación ambiental. A lo largo del tiempo se acumulan en sus hojas partículas que están presentes en el aire. Aplicando técnicas biomagnéticas podemos identificar qué compuestos están en las hojas y por tanto en el aire. Y haciendo un estudio agregado estudiar la concentración de contaminantes en el aire de España.
Estudios previos ya han demostrado que la concentración de contaminantes se correlaciona fuertemente con el volumen de tráfico y con otros agentes como trenes o tranvías. Vigilantes del Aire es un proyecto que replica en España el proyecto Airbezen de la Universidad de Amberes, fruto de la colaboración entre el profesor Samson Roeland y la Fundación Ibercivis.
Controlando los contaminantes
Las emisiones relacionadas con el tráfico son emisiones de escape y por el desgaste o corrosión de los frenos y el motor. Con Vigilantes del Aire queremos aplicar el concepto de biomonitorización y ciencia ciudadana. En algunas ciudades de España la calidad del aire ya se mide en estaciones, pero queremos hacerlo de la mano de los ciudadanos para involucrarlos de primera mano en el proceso investigador y concienciar para el cuidado medioambiental.
Normalmente se utilizan tecnologías avanzadas en dispositivos electrónicos y sensores automáticos, o incluso apps en smartphones. En Vigilantes del Aire queremos plantear una alternativa más abierta y humana, apoyándonos en procesos tradicionales como regar una planta, podarla, o mandar una carta por correo postal. En el centro, ponemos a las plantas como seres vivos que todos podemos cuidar y mantener.
Las plantas
En esta segunda edición, se han distribuido más de 5.000 plantas de fresa ecológicas a través de la empresa colaboradora Hortals, la red de huertos ecológicos, sociales y urbanos de Zaragoza. En Granada, la Fundación Descubre, entregó un total de 500 plantas.
Las macetas se han distribuido en 11 centros de la capital, área metropolitana y Guadix. La Estación Experimental del Zaidín (CSIC-Granada); los IES Padre Manjón y Zaidín-Vergeles, en la capital; el CEIP Atalaya, Clara Campoamor, Doctor Jiménez Rueda, Medina Elvira, en Atarfe; el Colegio SAFA Nuestra Señora del Rosario, en Pinos Puente; el CEIP Profesor Tierno Galván, en Pulianas; el Colegio Público Adelantado Mendoza de Guadix y el centro penitenciario de Albolote recibieron las plantas que han conformado la muestra del proyecto en la provincia de Granada.
En general las fresas es una planta de cultivo fácil, y pueden permanecer en las macetas varios años. Es una planta vivaz, herbácea perenne, lo que quiere decir que retoña todos los años de la misma cepa porque sus raíces permanecen siempre vivas aunque algunas hojas o el tallo parezcan haber muerto. Su tallo alcanza los 20 cms y podemos encontrar flores en casi cualquier momento del año. Especialmente relevante son sus hojas piloas, que quiere decir que tiene muchos pelitos en los que se pegan los contaminantes presentes en suspensión en el aire. Y qué decir de sus frutos, las fresas ¡hasta se pueden comer directamente de la mata!
La investigación ambiental
Las hojas que nos entregaron los ciudadanos han sido analizadas en el laboratorio por un método de magnetización que ha permitido obtener la cantidad de partículas magnetizables que se han depositado en las hojas. Las partículas magnetizables provienen principalmente de la quema de combustibles fósiles, del desgaste de los discos de freno y otros elementos como las ruedas en los raíles de trenes y tranvías.
Una vez identificado los contaminantes de cada muestra, se ha analizado la concentración a nivel local de las distintas ciudades seleccionadas, y se ha elaborado un estudio agregado a nivel nacional. Con estos datos también se han realizado distintos mapas, los cuales se pueden consultar aquí.
Aquí puedes consultar el informe de los resultados obtenidos de la toma de datos de 2020.
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