18 de marzo de 2015

Historia de una vocación

Fotografía ilustrativa de la noticia

“Me gusta la Ciencia desde los 14 años. Siempre he tenido claro que lo que quería era enseñar a los chavales. Así que tengo el privilegio de estar haciendo lo que quiero”, comenta Ana Villaescusa, que lleva desde el curso 1977-1978 dedicada a la enseñanza de la Biología y transmitiendo a sus alumnos esa ilusión. “Sigo disfrutando muchísimo con lo que hago. Cuando estoy en clase se me olvida el tiempo”, asegura.

Reconoce que el camino no es fácil, que “cuesta trabajo implicar a los alumnos”, aunque tiene su receta: “Para que ellos se entusiasmen, tú te tienes que entusiasmar. Tienen que ver pasión en ti y que trabajas codo con codo con ellos. Debes ser un referente. No sé trabajar de otra manera. Si vas a clase a cubrir expediente no vas a obtener nada de ellos, por eso es muy importante tener vocación”.

Decidida a captar el interés de sus alumnos, ha buscado acercarse a ellos “usando sus propias armas”, como ella dice. Entre ellas, está el blog Todo Biología que ella misma ha creado, donde sube todas las prácticas, actividades y recursos que considera de interés para ellos. Al mismo tiempo, dice ser exigente y está convencida de que para fomentar el interés de los alumnos en la Biología “tienen que investigar, ir al laboratorio”. Afirma que es algo que “luego ellos lo recuerdan toda la vida”.

Su compromiso con la divulgación científica va más allá de las aulas, y desde la Asociación Amigos de la Ciencia ‘Diverciencia’, realiza actividades dirigidas a la sociedad durante todo el año. Para Ana Villaescusa, “todo es ciencia y hay que acercarla al ciudadano”. Lo único que pide es que desde las administraciones se den cuenta de lo importante que es fomentar el interés por la ciencia y se busque la manera de facilitar la labor o incentivar su práctica por parte de los docentes.


Ir al contenido