17 de octubre de 2017

«Aunque ocultos, los costes sociales del envejecimiento son superiores a los sanitarios»

Fotografía ilustrativa de la noticia
Manuel Ruiz-Adame Reina, licenciado en Psicología y Ciencias Económicas. Experto en Gerontología.
El gasto sanitario en España ha crecido en relación al PIB desde un 3,1% en 1970 hasta un 8,8% en 2013. Estos son datos publicados por un informe de la OCDE de 2015. ¿Hasta qué punto esta progresión está vinculada al envejecimiento de la población? Esta es una de las cuestiones que está sobre la mesa. Una de las líneas de investigación en la que trabaja el profesor Manuel Ruiz-Adame se centra en los estudios de costes sociales de enfermedades neurodegenerativas asociadas al envejecimiento, como las enfermedades neurodegenerativas. Profesionalmente ha estado ligado a este ámbito, tanto desde el punto de vista clínico como de la gestión y de la docencia. Ha sido director de la Asociación Alzheimer Santa Elena durante 12 años y director de la empresa Cuidem Asistencia Integral Especializada SL. Mantiene su vinculación con la Universidad de Sevilla como profesor del Máster en Gerontología. Recientemente ha publicado en revistas de alto impacto internacional varios trabajos sobre los costes sociales de la enfermedad de Alzheimer en Andalucía
Manuel Ruiz-Adame Reina, experto en Gerontología.

Manuel Ruiz-Adame Reina, experto en Gerontología.

-Se suele decir que el envejecimiento ha aumentado el gasto sanitario ¿hasta qué punto esta afirmación es cierta?

Los mayores son con diferencia los principales usuarios de servicios sanitarios y de medicamentos. En consecuencia, una población envejecida es una importante causa de incremento del gasto sanitario. No todo es por esta razón, también es verdad que en ese periodo las coberturas del Servicio Nacional de Salud se han ido expandiendo, pero una de las variables que más peso tienen es el tipo de población que se atiende, y los mayores acumulan diversas patologías, algunas crónicas. Además, son más propensos a ingresos hospitalarios, uno de los mayores costes del sistema, más consumo farmacéutico y más usos de servicios de tipo quirúrgico. Otro factor a considerar es que el mayor coste para el sistema se concentra en los años previos a la muerte. La población de edad más avanzada es también la que está más próxima a este pico de consumo, si bien no es la única. El estado de salud general de la población puede inducir a un mayor o menor coste de estas atenciones. No es solo una cuestión de años, sino de nivel de salud. No obstante, en líneas generales, algunos trabajos apuntan que el coste sanitario entre el grupo de edad entre 55 y 59 años es 1,3 superior a la media poblacional, y el de las personas que están en la franja de más de 80 años llega a ser de 2,6 veces superior a la media.

-Por un lado están los costes relacionados con la salud, pero ¿cuáles son los costes sociales que se dan en esta etapa de la vida?

Los costes sociales son frecuentemente superiores a los sanitarios. La diferencia esencial es que, por nuestra idiosincrasia, son costes ocultos. No suponen apenas gasto para el sistema público ya que un gran volumen de estos costes de atención, especialmente si pensamos en personas dependientes, los asume el entorno familiar. Son costes que no suponen desembolso,  pero generan costes de oportunidad para quienes lo soportan, habitualmente mujeres que cuidan de sus padres, o de sus parejas, en la mayoría de los casos. Éste es un perfil que va a cambiar en un futuro inmediato. La mayoría de las cuidadoras actuales son personas que están fuera del mercado laboral y de un perfil formativo bajo. No se corresponde en absoluto con el del promedio de las mujeres que serían potencialmente la siguiente generación, por lo que habrá que articular más recursos de soporte social externos al entorno familiar porque el perfil actual no será sostenible.

-Envejecimiento y dependencia en Andalucía. ¿Qué factores económicos, desde punto de vista sanitario y social, están relacionados con enfermedades neurodegenerativas frecuentes en la tercera edad como el Alzheimer?

Uno de los principales factores de riesgo para padecer una demencia o en concreto una del tipo Alzheimer, es tener una edad avanzada. Los factores socio-económicos en estos casos por lo que pregunta no son en sí determinantes, pero como sucede en muchas otras patologías, sí que existen correlaciones entre bajo nivel formativo y peores hábitos saludables, y en este caso, una menor formación se vincula a menor reserva cognitiva, lo que incrementa el riesgo de padecer estas patologías. E igualmente, un menor nivel formativo se relaciona con mayor probabilidad con menores ingresos económicos.

-¿Podría dar cifras a este respecto?

La población potencialmente afectada por Alzheimer en Andalucía se estima que supera los 80.000 casos. El coste directo de la atención de estas personas varía desde las fases leves a graves. Son exponencialmente más altos en fases avanzadas. En promedio los costes directos de los casos de Alzheimer en Andalucía estarían sobre los 466 millones de euros/año, pero los auténticamente elevados son los indirectos que considerados como costes de oportunidad están por encima de los 1.689 millones de euros/año, que si se valoran como costes de sustitución llegarían a la cifras de más de 3.700 millones de euros/año. Evidentemente estas dos últimas cifras no están siendo asumidas por el sistema, sino que representan la valoración del esfuerzo aportado por el entorno familiar. Subrayaría que más del 70% del coste recae en el entorno familiar,  lo cual es un dato a tener muy en cuenta por los responsables políticos ya que se basa en un modelo de atención familiar, donde el papel del ama de casa es el centro, y este es un modelo que está en extinción.  Hay que ir considerando formas de financiación para atender a los mayores del futuro que se basen en recursos externos.

-Se están llevando a cabo numerosos estudios sobre el aumento del número de personas mayores y del aumento de la esperanza de vida. ¿Cuáles son las principales líneas de investigación en este ámbito?

En este campo los trabajos van orientados en buena medida hacia la importancia de dar “vida a los años”,  es decir, promover el envejecimiento saludable, lo cual es muy deseable desde el punto de vista de la salud, y también desde el de la economía de la salud.

-El aumento de la longevidad es una realidad. ¿Hasta qué punto son importantes las políticas y medidas de prevención en jóvenes y adultos para contar con una población de mayores más saludable?

Es evidente por lo que ya se ha indicado que a mayor población envejecida mayores gastos sanitarios y sociales, especialmente aquellos relacionados con la dependencia. Andalucía no es ajena a este fenómeno, como en todos los países desarrollados la población mayor gana peso proporcional frente a la general, lo cual es un logro deseable, vivir más.  Ahora el reto es que esos años sean de vida saludable. Es claramente menos costoso.


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