01 de octubre de 2016

Anna Freixas Farré: Cuando envejecer se convierte en un privilegio

Fotografía ilustrativa de la noticia

Informa: Elena Lázaro.

Asesoría científica: Anna Freixas Farré, Universidad de Córdoba.

Anna Freixas Farré luce canas con la misma naturalidad que habla de sexo o ataca a las empresas que se empeñan en mirarla como target para venderle todo tipo de productos antiaging. Es una mujer mayor, pero su negativa a considerarse fuera de juego no tiene que ver sólo y exclusivamente con un convencimiento personal. Su rechazo a los prejuicios sociales que atañen a la vejez, especialmente la de las mujeres, es el resultado de décadas de investigación, que la posicionan como una de las más destacadas expertas en envejecimiento, particularmente, femenino.

Anna Freixas Farré, catedrática de Psicología de la Universidad de Córdoba.

Anna Freixas Farré, catedrática de Psicología de la Universidad de Córdoba.

Con cinco libros sobre el tema en los anaqueles, un sinfín de artículos científicos, comunicaciones a congresos, conferencias y tesis doctorales dirigidas, esta catedrática jubilada de Psicología de la Universidad de Córdoba se posiciona en la línea de la Gerontología Crítica, una línea de pensamiento e investigación que trata de deconstruir los falsos mitos y algunos mandatos sociales acerca de las personas mayores. Entre ellos destacan los que afectan a la sexualidad de las mujeres mayores o a su manera de entender el amor, las relaciones personales o la ocupación del tiempo, en una propuesta de entender el envejecimiento no solo como un proceso biológico, sino cultural y social. En esa línea de trabajo encaja a la perfección la última obra de Anna Freixas, Tan frescas. Las nuevas mujeres mayores del siglo XXI, que ya va por su cuarta edición en español y la primera en francés, y que cuenta con un importante número de estudiosos en América latina. La obra combate tanto los viejos prejuicios que presentan a las personas mayores como enfermas e incapaces, como a las últimas corrientes que abogan por el envejecimiento activo.

Respecto a los primeros, Anna Freixas explica que el incremento de la esperanza de vida –una española vive hoy una media de 30 años más que a mitad del siglo XX- ha obligado a la Psicología a redefinir muchos de sus planteamientos, empezando por la división de las diferentes etapas de la vida, que antes clasificaba en infancia, edad adulta y vejez y que ahora contempla una mayor complejidad y llega a distinguir entre tercera y cuarta edad. De la misma forma, la investigación psicológica ha tenido que ampliar sus grandes temas de investigación y no sólo porque vivamos más, sino porque han cambiado muchos roles. Si antes la Psicología relacionaba la vejez con la búsqueda del sentido de la vida vinculando el envejecimiento masculino a la ocupación del tiempo tras la jubilación y el femenino, al teórico síndrome del nido vacío; la llegada a la vejez de las protagonistas de los movimientos sociales de los años sesenta y setenta han puesto bajo el microscopio asuntos como el del deseo sexual en la vejez, las relaciones personales o la actividad intelectual tras el final de la vida profesional.

Freixas ha abordado buena parte de todos esos temas en sus años de investigación y se muestra tajante al sentenciar la muerte de aquellos asuntos. El ‘nido vacío’ es la liberación de la atención de los hijos e hijas; el cuidado se relaciona con un tema que empieza a preocupar socialmente y que Freixas nombra como ‘abuelas esclavas’; y el sexo exige un estudio en profundidad que ayude a mejorar la consideración de quien en estas edades desee mantenerlas.

Envejecimiento activo

En cuanto a las críticas a la corriente del envejecimiento activo, la profesora de la Universidad de Córdoba argumenta que ésta no es más que el intento del sistema de mantener a las personas mayores como consumidoras de todo tipo de productos y servicios, a su juicio, absolutamente inútiles. En este sentido, Freixas defiende que la vejez es un momento que exige reflexión y por tanto silencio y que las propuestas de envejecimiento activo en las que se agolpan todo tipo de actividades resultan verdaderamente agotadoras. “Es imposible reflexionar sobre el sentido de la vida montadas en una moto”, sentencia.

Anna Freixas, con su obra 'Tan frescas. Las nuevas mujeres mayores del siglo XXI'.

Anna Freixas, con su obra ‘Tan frescas. Las nuevas mujeres mayores del siglo XXI’.

En la revisión de paradigmas que propone la Gerontología Crítica, la medicalización del envejecimiento ha sido ampliamente cuestionada. Aunque entendiendo que el alargamiento de la vida ha sido posible gracias al avance de la Ciencia y de la Medicina, la catedrática de Psicología de la UCO matiza que mientras se entienda el envejecimiento como enfermedad, la vejez mantendrá su imagen negativa ante los ojos de la sociedad. Por eso cree que la inclusión de la Psicología en el área de las Ciencias de la Salud, como defienden quienes abogan por la psicología clínica, contribuirá a mejorar la atención a los mayores.  Y pone como ejemplo el tratamiento que médica y socialmente se ha dado a la menopausia femenina, empezando por determinados tratamientos hormonales que acabaron comprobándose como inútiles y con riesgos importantes para la salud de las mujeres y continuando por la construcción discursiva que asocia menopausia con el fin de la actividad sexual, como si el sexo sólo tuviese una función reproductiva.

Para Anna Freixas, esta catalana que deshizo el camino de miles de emigrantes andaluces a mitad de los años ochenta, envejecer es un cambio más en la vida, como la adolescencia o la madurez y conviene afrontarlo con serenidad, sin el estrés que provocan todos esos tratamientos antiaging que no hacen más que rechazar el propio cuerpo, y, sobre todo, con humor, desdramatizando y desmitificando el hacerse vieja. Y lo dice con la certeza que dan los años de investigación en el tema y la sabiduría de sus 70 inviernos.


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