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29 de mayo de 2015

Leticia Gallardo Estrella: “En investigación necesitas irreverencia para desafiar lo que parece imposible”

Fotografía ilustrativa de la noticia

Leticia Gallardo Estrella (Jaén, 1985) estudió Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad de Málaga. Practica deportes como el esgrima o el fútbol -juega como ‘amateur’ en el ‘Blauw-wit’ holandés- y le apasiona viajar y conocer nuevos lugares. En el año 2008 visitó Finlandia con una beca Erasmus y en 2009 trabajó durante algunos meses en el centro de tecnología que la multinacional japonesa Sony tiene acuartelado en Stuttgart, Alemania. En 2011 comenzó su última aventura: la tesis doctoral en el Centro Médico Universitario de Radboud -Nijmegen, Holanda-. En concreto, su estudio está centrado en el desarrollo de nuevas aplicaciones informáticas que ayuden a los profesionales sanitarios en la interpretación de imágenes médicas –como radiografías o tomografías- capaces de mejorar el proceso de diagnóstico y posterior tratamiento de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica –EPOC-

Leticia Gallardo Estrella en su oficina del Centro Médico Universitario de Radboud.

Leticia Gallardo Estrella en su oficina del Centro Médico Universitario de Radboud.

– Hacer un doctorado en el extranjero supone todo un reto, ¿qué características debe cumplir un doctorando para que las cosas funcionen?

Necesitas una mente abierta. Es decir, ser consciente de que vas a otro país, con una cultura diferente y personas de diversos lugares o rincones del mundo. Además, de forma personal, intento no comparar las circunstancias que hoy me rodean con mi propia casa y adaptarme a las nuevas costumbres que me ofrece el país.

– ¿Cómo y cuándo comienza tu relación con el Centro Médico Universitario de Radboud?

En el año 2011. Estaba trabajando en una empresa malagueña y antes de que mi contrato finalizase empecé a buscar nuevas opciones en Europa. Entre ellas, encontré este proyecto y me sedujo la posibilidad de crear sinergias entre científicos del ámbito de la Ingeniería –como yo- o la Medicina que lleguen a cristalizar en nuevas herramientas para ayudar a las personas enfermas.

– ¿Con qué frecuencia visitas España?

Bastante. Viajo aproximadamente cada tres meses gracias a la flexibilidad que me permiten en el centro, ya que puedo trabajar desde casa.

– ¿Cómo describirías esta institución y de qué manera está influenciando en tu carrera?

Tienen especial interés en que la investigación sea uno de los motores del propio hospital donde se inserta el centro. Por ejemplo, fomentan la participación en congresos internacionales que te permiten relacionarte con especialistas de primer nivel mundial. Existen, además, facilidades para promocionar tu investigación y estrechar vínculos con otros ‘colegas’ o expertos de otros centros. Otro ejemplo de ello es la colaboración que hoy en día desarrollamos con investigadores del COPDGene Study en Denver, Estados Unidos, para el estudio de los posibles orígenes de la EPOC, hasta hoy desconocidos.

Centro Médico Universitario de Radboud (Nijmegen, Holanda).

Centro Médico Universitario de Radboud (Nijmegen, Holanda).

– ¿Está cumpliendo este trabajo tus expectativas?

Rotundamente sí. Tanto en el terreno laboral como en el personal, ya que en ambos estoy aprendiendo desde la experiencia personal y el conocimiento de mis compañeros de trabajo y las personas cercanas que me rodean.

¿Cuál es tu función allí?

Trabajo en el Departamento de Radiología, donde investigamos sobre EPOC. En concreto, desarrollamos un software que permite analizar de forma automática TACs (tomografías computarizadas) de pulmón, de forma que esto facilita el diagnóstico o el tratamiento específico para cada paciente en un menor tiempo.

– ¿Qué hace exactamente este software?

Analiza automáticamente el TAC de pulmón y realiza un conjunto de medidas que se utilizan para el diagnóstico precoz de enfermedades pulmonares, principalmente EPOC, monitorizar el avance de la enfermedad, mejorarar la planificación del tratamiento o evaluar la respuesta al mismo. Asimismo, es una herramienta mucho más objetiva que la de un profesional sanitario, es decir, no intervienen factores externos como el cansancio o la subjetividad del médico. Facilita mucho el estudio o la investigación sobre esta enfermedad porque en cuestión de horas podemos valorar miles de pacientes ¡El ordenador nunca se cansa!

– ¿Está ya disponible en el mercado?

De momento, lo empleamos para la investigación. De hecho, aunque ha sido validado o probado en varios estudios científicos, una empresa spin-off del hospital esta trabajando en la certificación de la Unión Europea y de la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos para poder emplearlo en el propio diagnóstico.

– La tecnología en el diagnóstico de enfermedades a través de la imagen ha evolucionado mucho, especialmente en la última década. ¿Cuál es el siguiente paso?

Estamos avanzando de forma muy considerable. De hecho, ya existen patologías, como la tuberculosis, que se están diagnosticando a través de un sistema informático instalado en un ordenador en países en desarrollo como África. Es una forma rápida y económica de identificar esta enfermedad en territorios donde está muy expandida. Además, estos avances se ven reflejados también en el diagnóstico de enfermedades como el cáncer de mama o pulmón, ya que el ordenador es capaz de detectar, de forma automática, posibles anomalías relacionadas con esta enfermedad en imágenes médicas. De este modo, permite al profesional un diagnóstico cada vez más precoz mediante pruebas posteriores más específicas.

– ¿En qué lugar queda la figura del profesional sanitario?

De momento –en ciencia lo que hoy parece imposible mañana puede ser real- es el médico el que finalmente habla con el paciente y el que decide el tratamiento. Es y será insustituible. Otra cosa es mejorar el proceso de detección y diagnóstico de enfermedades.

La investigadora Leticia Gallardo junto a sus compañeros de trabajo en Chicago durante un viaje para una conferencia.

La investigadora Leticia Gallardo junto a sus compañeros de trabajo en Chicago durante un viaje para una conferencia.

– Hablemos un poco de ciencia. ¿Qué necesitan los científicos y científicas para consolidarse en nuestro país?

Desafortunadamente, las personas no creen en I + D. Son impacientes. La ciencia no ofrece beneficios de inmediato, es una inversión a largo plazo. Seguimos un poco ‘chapados’ a la antigua, es decir, a las empresas hoy día les cuesta mucho ver más allá, a largo plazo. El problema de no invertir es que, al final, tienes que comprar la innovación de fuera. Tenemos un problema de visión, educación o ideología y no nos damos cuenta de que el verdadero pilar de un país es la innovación.

– ¿Existe algún tipo de dificultad por el hecho de ser mujer?

Personalmente, no he tenido ningún tipo de problema en ese sentido. Nunca me he sentido discriminada o ayudada por el hecho de ser mujer. Es cierto, no obstante, que la presencia de la mujer en determinados ámbitos científicos es proporcionalmente más baja respecto a los hombres. Creo que ayudaría mucho que se tomaran medidas para compaginar la vida laboral con la familiar, sobre todo cuando se tienen hijos pequeños. Además, éstas deberían estar disponibles tanto para madres como padres.

– ¿Está la ciencia presente entre los más jóvenes?

Es necesario incentivar desde los colegios. La ciencia es atractiva y los estudiantes aún no lo ven. Además, debe ser accesible y hay que cuidar a los investigadores, normalmente personas muy bien preparadas, con contratos más estables y sueldos decentes.

– ¿Qué hace falta para marcar la diferencia?

Valentía, atrevimiento y decisión. Estableciendo un símil con la ciencia ficción en investigación necesitas irreverencia para desafiar lo que parece imposible. Además, para crecer es necesario que las entidades públicas se vuelquen con la investigación y que las empresas apuesten también por ella para que ese esfuerzo no se pierda o se diluya.

Imagen de Grotemarkt, plaza en el casco antiguo de Nijmegen.

Imagen de Grotemarkt, plaza en el casco antiguo de Nijmegen.

– ¿Qué te impulsó a ser científica y dedicarte al análisis de imágenes para el diagnóstico y estudio de enfermedades como la EPOC?

Siempre me ha interesado la Medicina y en este campo he encontrado la forma perfecta de mezclar mi especialidad, Ingeniería de Telecomunicaciones, con la posibilidad de ayudar a los demás.

– ¿Cuáles son los principales desafíos a los que te enfrentaste o enfrentas día a día?

El comienzo fue relativamente fácil ya que la mayoría de las personas aquí en Holanda hablan inglés y es sencillo interactuar con ellos. Respecto a su cultura ¡lo que peor llevo es comer a las doce de la mañana!

– ¿Cuál es la mejor lección que has aprendido de vivir y trabajar en Holanda?

Lo que tu piensas que es normal, no lo es tanto. Es decir, relacionarme con personas de China, Indonesia, Irán, Turquía o Alemania me permite tener la oportunidad de enriquecerme y aprender de amigos de diferentes países. Es una mezcla de cultura y tradiciones.

– Por último, desde tu propia experiencia, ¿aconsejas trabajar en el extranjero?

Salir te permite hacer las cosas de manera distinta, desde lo más cotidiano a los más profesional y aumenta nuestra tolerancia. Por tanto sí, es una experiencia que recomiendo vivir, como mínimo, alguna vez en la vida.


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