Sevilla /
26 de abril de 2015

Matemáticas en los cuentos: la fórmula de la felicidad

Fotografía ilustrativa de la noticia

Clara Grima, catedrática (CEU) de la Universidad de Sevilla, y la ilustradora Raquel Garcia Ulldemolins han dado con la clave para que todos los escolares puedan comprender y disfrutar de las matemáticas, gracias a los juegos y acertijos que encierran las historias de Mati y sus mateaventuras

La investigadora de la Universidad de Sevilla, Clara Grima.

La investigadora de la Universidad de Sevilla, Clara Grima.

“A todo el mundo le gustan las matemáticas y lo puedo demostrar”. Este es el teorema enunciado por Clara Grima, catedrática (CEU) del Departamento de Matemática Aplicada I de la Universidad de Sevilla, desde que de manera fortuita se viera abocada a compaginar su habitual labor docente e investigadora con la divulgación científica. “La experiencia me ha demostrado que cuando planteas un problema de ‘mates’ a cualquiera, primero se asusta, pero después cuando lo entiende, siempre sonríe. Eso es porque aprender da felicidad, pero para que te guste algo primero tienes que entenderlo”, sostiene.

Conseguir que aquellos niños que a priori temen las matemáticas sean capaces de disfrutar entendiéndolas y resolviendo acertijos es el gran logro de las historias de Mati y sus mateaventuras. Una serie de cuentos ilustrados por Raquel Garcia Ulldemolins que Clara Grima comenzó a escribir en internet y que acabaron dando el salto al papel bajo el título Hasta el infinito y más allá. Juegos, curiosidades, un contexto próximo a la realidad de los escolares y un toque de humor son las claves de su éxito. Los relatos están protagonizados por Mati (diminutivo de Matemáticas) -una chica pelirroja que sabe mucho y que guarda un gran parecido con la autora- y sus pequeños amigos los hermanos Ven y Sal, que van acompañados por su fiel Gauss, un perro muy inteligente y un poco gamberro.

“Siempre me había gustado dar clase e investigar, pero no era consumidora de divulgación hasta que nacieron mis dos hijos”, comenta la doctora en Matemáticas de la Universidad de Sevilla. Todo empezó a finales de 2010, a raíz una entrada que publicó en su blog personal, donde transcribió algunas conversaciones reales mantenidas con sus hijos de ocho y seis años, titulado Dios, π y el infinito. Entre otras anécdotas, contaba cómo interesados por el significado del símbolo π (Pi) que lucía en una camiseta su padre (también matemático), les explicó que no se trataba ni del dibujo de una portería ni de una mesa. “Era algo que valía un poco más que tres y mucho menos que cuatro, y que servía para medir el círculo”, recuerda. Así, los pequeños llegaron pronto a una conclusión propia: “Por eso se llaman así las ‘Pi-zzas’, porque son redondas”.

Portada del libro "Mati y sus mateaventuras".

Portada del libro «Mati y sus mateaventuras».

Divulgar las matemáticas

Fue la repercusión de este post lo que llevó a la ilustradora Raquel Garcia Ulldemolins a contactar con ella y a que finalmente se decidiera a dar el paso de escribir cuentos para niños, inspirándose en sus propios hijos a la hora de dar personalidad a los hermanos Ven(tura) y Sal(vador). En 2011 creó en Pequeño Libro de Notas, un espacio propio para Mati y sus matiaventuras. “Corrió como la pólvora entre la comunidad educativa, donde tuvo mucho éxito”, afirma Clara Grima. Ese mismo año sería galardonado por partida doble con el Premio al Mejor Blog en los premios 20Blogs y el Premio al Mejor Blog de Educación en los premios Bitácoras.

Fue entonces cuando la editorial Espasa mostró su interés en publicar el libro Hasta el infinito y más allá con las mateaventuras de Mati, que acabaría viendo la luz en marzo de 2013. En noviembre de ese año recibirían también el reconocimiento de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), otorgándole el Premio PRISMA 2013 al mejor sitio web de divulgación científica.

Los cuentos están pensados para explicar nociones de matemáticas a niños a partir de diez años, pero como señala Clara Grima: «Sirven también para que padres y profesores puedan tomar ideas, sobre cómo pueden ayudarles ellos mismos de forma amena y entretenida».

La divulgadora atribuye la mala fama que suelen tener las matemáticas principalmente al hecho de que se enseñan fuera de contexto, sin explicar el porqué o usando problemas con enunciados antiguos que se alejan de la realidad actual de los niños. “Esta disciplina puede ser abstracta, pero sólo a partir de bachillerato. En primaria y secundaria, es concreta y no debería dar miedo a nadie. Se trata de un juego con unas reglas que se aprenden y no cambian”, asegura. Algo que demuestra cada año en la Feria de la Ciencia de Sevilla, en la que participa en un stand junto a otros catedráticos de la Universidad de Sevilla, como Alberto Márquez. “Proponemos problemas y aunque al principio las familias se quedan ‘tiesas’, cuando ven que resuelven uno ya se animan, se ‘pican’ y luego no hay quién les eche”, bromea.

“La gente quiere saber, pero les da pudor”, asegura Grima. Está convencida de ello y, de hecho, señala que el prólogo de todas las dudas que le consultan suele ser: “Te voy a hacer una pregunta que seguro es una tontería…”. Cuando, en opinión de la investigadora: “Las preguntas nunca pueden ser una tontería, en todo caso las grandes afirmaciones”. Y es que actualmente, la trayectoria como divulgadora de esta matemática sevillana no se limita al mundo de los niños, sino que reconocidos medios digitales solicitan su colaboración para enseñar también a los mayores. Es el caso de JotDown, CienciaXplora, Eldiario.es, 20minutos y Naukas.

Matemáticas con ‘gancho’

Para el público adulto también trata de buscar ‘ganchos’ de la vida cotidiana que capten su atención. “Expongo situaciones que van desde cómo sentar convenientemente a los comensales de una boda aplicando la Teoría de Grafos; explicar cómo funciona la Tomografía por Emisión de Positrones (PET) que se utiliza en el diagnóstico de ciertas enfermedades, como el cáncer; hasta cómo los creadores de Google se hicieron los dueños del mundo gracias al Álgebra Lineal, la Teoría de Grafos y la Probabilidad”, comenta Grima. Y añade: “Las matemáticas están en todo y es necesario luchar contra lo que se conoce como ‘anumerismo’ (palabra que viene del inglés ‘innumerancy’, no reconocida por la RAE, pero que se emplea para identificar la incapacidad de aplicar razonamientos numéricos en la vida cotidiana)”.

La investigadora de la Universidad de Sevilla, Clara Grima, durante un programa de Órbita Laika.

La investigadora de la Universidad de Sevilla, Clara Grima, durante un programa de Órbita Laika.

Se declara seguidora del programa ConCiencia de Canal Sur Televisión y ella misma, recientemente, ha dado el salto a la televisión participando como colaboradora en el espacio de divulgación científica Órbita Laika, presentado por Ángel Martín, en La 2 de TV. “Una experiencia muy interesante”, asegura, y reconoce que enfrentarse a las cámaras durante las grabaciones no le costó mucho trabajo. “Fue más difícil salir y que luego me reconocieran por la calle”, apunta.

Destaca el poder de difusión que tiene la televisión. “Es un medio que no tiene comparación con nada”, afirma. Cree que si hubiera más personajes de series de éxito que fueran matemáticos, habría más vocaciones y pone como ejemplo lo ocurrido en EE.UU con el aumento de estudiantes de Física a raíz de la serie The Big Bang Theory. Asimismo, en su opinión, la ciencia en general debería estar más presente en este medio de masas. “Es necesario quitarle el halo de misterio que tiene. Al fin y al cabo, hablar de ella y de sus avances es algo muy positivo y universal. Estando las cosas como están hoy día, lo mejor que se puede hacer es hablar de ciencia”, apostilla la investigadora.


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