06 de junio de 2017

Ciencia para alcanzar un reconocimiento mundial

Fotografía ilustrativa de la noticia

Informa: Carolina Moya / Fundación Descubre

Asesoría científica: Bartolomé Ruiz/ director del Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera

 

Dolmen de Menga. Autor: Javier Pérez González. Archivo del Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera.

Dolmen de Menga. Autor: Javier Pérez González. Archivo del Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera.

La ciencia ha sustentado la difusión del legado de Antequera al mundo. El pasado 15 de julio de 2016, en la 40.ª sesión del Comité del Patrimonio Mundial celebrada en la ciudad de Estambul, el Sitio de los Dólmenes de Antequera fue declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO. La declaración pone de manifiesto que reúne el Valor Universal Excepcional por tres motivos. La primera, la magnitud colosal de los megalitos, el segundo, la interacción íntima de los monumentos megalíticos con la naturaleza. Finalmente, las tres tumbas, con el carácter único de sus diseños y sus diferencias técnicas y formales, son una prueba de la coexistencia de las dos grandes tradiciones arquitectónicas megalíticas de la Península Ibérica.

Un equipo científico ha argumentado esa definición del Valor Universal Excepcional. Investigadores de las Universidades de Cádiz, Granada, Jaén, Málaga, Sevilla, Alcalá de Henares, La Laguna, Las Palmas de Gran Canaria, Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Pompeu Fabra, Cambridge, Southampton y Tubinga han participado en este proyecto.

Sin embargo, el nombre que destaca entre todos ellos es el del doctor Michael Hoskin. Sus investigaciones en Europa y África han fundamentado el criterio de la singular concepción del paisaje megalítico antequerano surgido de una original interrelación entre monumentos culturales y naturales.

Dolmen de Menga. Autor: Juan Rodríguez Bravo. Archivo del Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera.

Dolmen de Menga. Autor: Juan Rodríguez Bravo. Archivo del Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera.

A pesar de su aportación, Hoskin hace gala de gran humildad y asevera que sólo ha jugado un pequeño papel, mientras que destaca la labor del director del Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera, Bartolomé Ruiz, al que le une una gran complicidad. Tanto es así que, aunque no recuerda el momento exacto de descubrir la singular orientación del dolmen de Menga, piensa que quizás fuese tomando algo con él. “Antequera es el lugar de la sonrisa más grande que yo conozco, la del señor Bartolomé, y también de tres de los dólmenes más grandes de Europa que para alegría de todos fueron designados Patrimonio Mundial. Él trabajó incansablemente para conseguir ese logro”, resume.

Un reconocimiento que, según Hoskin, servirá para atraer a más público a Antequera y que aprecien su importancia. También para proteger el sitio y evitar que ninguna edificación pueda dañar el entorno, porque es precisamente ese entorno es el que posibilita su carácter universal.


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